Un estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) sobre las consecuencias socioeconómicas de la Covid-19 en América Latina y el Caribe advierte el cierre de 2.7 millones de empresas, la mayoría micro y pequeñas, y la pérdida de 8.5 millones de empleos.

Después de dos años de emergencia sanitaria, las empresas entendieron la importancia del capital humano, de la experiencia del usuario, de la actualización de sus procesos y el papel de la tecnología en la permanencia del negocio.

“Las empresas no estaban preparadas para enfrentar situaciones como la que estamos viviendo a nivel global, no había una guía y tuvimos que aprender sobre la marcha y, en este contexto las áreas de recursos humanos cobraron mayor importancia”, explica Aída Cruz, directora de Operaciones de la firma de expertos en recursos humanos Hooman.

Durante los primeros meses de la pandemia, los problemas más recurrentes que enfrentaron las empresas fueron mantener el compromiso de los colaboradores, a resolver temas de liderazgo, cansancio y agotamiento emocional, así como incertidumbre sobre la permanencia en las fuentes de trabajo.

Algunas de las soluciones desarrolladas con los clientes fueron pláticas para los colaboradores, integración de call center para atender situaciones de estrés, aplicación de encuestas recurrentes para sondear el clima laboral y saber cómo se sentían.

La Directora de Operaciones de Hooman destacó que las empresas deben atender cuatro factores que les permitirán generar nuevas condiciones de valor ante las necesidades del mercado:

Comunicación: La escucha y retroalimentación clara con los colaboradores es importante, sobre todo con la integración de nuevos modelos de trabajo y operación de las organizaciones. Los colaboradores están exhaustos y buscan equilibrar su vida personal y laboral.

Capacitación: Empleados y colaboradores deben actualizarse para ser agentes de innovación y cambio dentro de la organización.

Transformación digital: Las organizaciones deben estandarizar, digitalizar y automatizar sus procesos y operación. Uno de los beneficios que el entorno digital ha traído a las organizaciones es mantener la operatividad; sin embargo, también ha implicado mayores retos para los líderes al tener que dirigir equipos de trabajo a distancia y, en algunos casos, crear un ecosistema digital.

Estructuras horizontales: Las empresas tal vez tendrán que reorientar las posiciones para democratizar el liderazgo y promover el trabajo en equipo, lo que implicará un cambio a fondo en la cultura de la organización; sus integrantes deben estar dispuestos a implementar nuevos procesos con ayuda de herramientas específicas que faciliten la realización de sus labores.

Publicado en Alcance Diario